29 junio, 2018
Clínicas Neural

Nuestro cerebro y también el de los niños, tiene diversos componentes para registrar diferentes niveles de información. El cerebro primitivo es el que nos ayuda a sobrevivir, nos indica cuando tenemos hambre, sueño o nos tenemos que defender. Con esta parte del cerebro, funcionan los niños cuando son bebés.  Por esto es importante darles seguridad cuando están asustados, dormirles cuando están cansados o alimentarles cuando tienen hambre.

La parte emocional del cerebro permite comunicar los instintos de supervivencia más básicos del niño con todo su mundo intelectual. Un niño se habrá desarrollado correctamente si al llegar a adulto, sus pensamientos, emociones y acciones van en la misma dirección. De aquí la importancia de educar emocionalmente al niño durante los primeros años de vida.

¿Cómo se construye el cerebro?

El cerebro funciona como un árbol. En un primer momento se asienta sobre la parte de la supervivencia. Posteriormente añade estructuras relacionadas con la supervivencia y finalmente el mundo intelectual.

Es necesario que el cerebro del niño esté bien estructurado desde pequeño para desarrollarse plenamente. El cerebro puede crecer intelectualmente a lo largo de toda la vida, pero es fundamental que el niño se sienta seguro.

Algunos consejos que sustituyen a los castigos

Existen diferentes alternativas a los castigos. Además son más pedagógicas y estos aprenden mucho más. Una de ellas es poner límites. Este método consiste en explicar al niño lo que no queremos que haga antes de que ocurra. Así, se puede prevenir que el niño desarrolle ciertos patrones neurocerebrales que provoquen la repetición de ese comportamiento negativo.

Otra estrategia válida es dejarles que tomen sus decisiones. Esto ayuda a que desarrollen una zona del lóbulo frontal que ayuda a resolver problemas de una manera más efectiva. En definitiva, dejamos que los niños se equivoquen y aprendan de los errores.

Un error que se suele cometer es la sobreprotección. Cuando tenemos esa actitud, estamos coartando la capacidad que tiene el cerebro de conseguir un desarrollo pleno. Es importante que aprendan por sí mismos.

¿Y para ir a dormir?

En nuestra cultura la hora de la cena es muy tarde. Por este motivo, a los niños les cuesta un poco más irse a la cama. Es importante que le demos al sueño la importancia que tiene. Es fundamental.

Deberemos evitar que en sus primeros años de vida, esto no repercuta de manera negativa en su aprendizaje o en su capacidad de concentración en la escuela.

Aprender desde pequeños buenos patrones para ir a dormir, es necesario. 

El cerebro humano debe descansar como mínimo ocho horas todos los días. Es el tiempo que deberemos destinar para dormir.

Sueño y dispositivos electrónicos

Hoy en día, el sueño se va retrasando como en un círculo vicioso. Una de las causas es acostumbrarse a dormirse leyendo o jugando con los dispositivos electrónicos. La luz que emiten estos dispositivos, retrasa la aparición de melatonina en el cerebro. Se trata de una hormona esencial para dormirse.

Por lo tanto, un consejo fundamental para los padres es evitar que tras la cena, se utilicen estos dispositivos. Es una norma que se puede implantar y que ayudará a que los niños se duerman antes.

En Neural te podemos dar algunas pautas para tratar el problema de irse a l cama. Consúltanos.

*Basado en el artículo de Álvaro Bilbao