En los años 60, solo el 5% de las personas a las que se les diagnosticaba leucemia linfoblástica aguda (LLA) infantil sobrevivían durante al menos cinco años. Gracias a los avances en investigación y tratamientos, hoy en día la supervivencia supera el 80%.
¿Qué es la leucemia linfoblástica aguda infantil?
La leucemia linfoblástica aguda infantil es un tipo de cáncer en el que la médula ósea produce demasiados linfocitos inmaduros. Estos impiden la fabricación de los leucocitos normales y de las otras células de la sangre como los leucocitos, glóbulos rojos o plaquetas. La LLA es el tipo de cáncer más frecuente en niños.
¿Existe deterioro neurocognitivo tras el tratamiento?
Una de las consecuencias de padecer esta enfermedad es que los niños y niñas estarán expuestos a un mayor riesgo de enfermedades crónicas a largo plazo. Aún después de haber superado esta enfermedad.
Además, los tratamientos que reciben afectan directamente a sus capacidades cognitivas. Dependiendo de la agresividad de este tratamiento, el deterioro neurocognitivo que sufran puede ser mayor o menor.
Los pacientes tratados con radioterapia se exponen a un riesgo mayor de presentar algún tipo de disfunción metabólica, endocrina o neurocognitiva.
Aunque los tratamientos han evolucionado hasta la quimioterapia intravenosa y han mejorado los efectos secundarios, los problemas neurocognitivos persisten.
Según algunos estudios, en torno al 31% de los pacientes tratados con radioterapia presentan un deterioro en la memoria. Por el contrario, este deterioro se presenta en un 12% de los pacientes tratados con quimioterapia. Otro de los puntos a ser tratados es la integridad cerebral de todos ellos, indistintamente del tratamiento recibido. Este factor determinará el grado general de deterioro neurocognitivo.
Lo que está claro es que existe una disminución de las capacidades cognitivas. Se ha observado además, como el deterioro de la memoria inmediata esta relacionado con cortezas parietales y frontales más delgadas que presentan algunos pacientes.
Comparando con personas sanas, existe una diferencia en el volumen de varias regiones del cerebro. Esta se habría visto reducido tras el tratamiento.
¿Qué consecuencias tiene este deterioro?
Este deterioro cognitivo que presentan algunos pacientes, puede producir problemas de concentración y memoria. Conocido con el término anglosajón de ‘chemobrain’, puede afectar a sus capacidades psicológicas o sociales.
No hay que olvidar que podemos estar hablando de daño cerebral adquirido.
Un factor importante a tener en cuenta es conocer y aceptar todos estos cambios para iniciar cuanto antes la rehabilitación. El entorno del niño o niña juega un papel fundamental para mejorar su calidad de vida.