Casos de maltrato en niños con Autismo

En estos días ha saltado en los medios de comunicación un supuesto caso de maltrato denunciado por los padres de un menor de ocho años con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Los hechos denunciados afectan a diferentes profesionales del centro de Educación Especial donde estudiaba el menor.

Los menores con TEA sienten y sufren como el resto de niños/as. Muchas veces son tratados como diferentes, convirtiéndose en objeto de burlas por parte de compañeros/as e incluso de profesores/as. Los efectos y secuelas del maltrato son más graves y persistentes en personas con autismo porque muchas veces, lamentablemente, no pueden o no saben defenderse.

En este artículo queremos incidir en la importancia de la información, de aprender las características del trastorno y de conocer a cada persona de manera individual. Este es el camino a seguir para lograr una verdadera inclusión social.

 

La importancia de la información

La falta de información y el desconocimiento que afecta a este trastorno, hace que la sociedad en general ponga el foco en las dificultades que presentan estas personas, impidiendo aflorar las capacidades y habilidades que tienen las personas con TEA.

El conocimiento de este trastorno permite además que las personas implicadas tengan acceso a los recursos y programas específicos que les puedan facilitar información y orientación en su día a día.

Cada niño/a con Autismo es único. Posee su propia personalidad, forjada con su historia personal, sus experiencias y en definitiva por su carácter. Conocer individualmente a cada persona, permite identificar sus necesidades específicas, así como sus fortalezas. Esto permitirá elaborar un plan de trabajo y educación adecuado.

 

La adaptación del entorno y del programa educativo a la persona

Es cierto que los niños/as con Trastorno del Espectro Autista pueden suponer un desafío para sus profesores. Pero su actitud es clave. Ser flexibles, comprender el punto de vista de la persona, la empatía, paciencia, buen humor y sobretodo el respeto son algunas de las características necesarias. Construir una relación de confianza con el niño/a va a contribuir de manera muy positiva a su desarrollo.

Además, la actidud de profesores será determinante en cómo traten el resto de compañeros/as a estos niños. Una actitud crítica y excluyente del profesorado, será imitada por el resto de alumnos/as.

Tener un grupo de compañeros que apoyen a niños con TEA es fundamental para que activen su motivación intelectual y social. Así, será mucho más sencillo que aprendan a relacionarse con otras personas, desarrollando sus habilidades sociales.

El personal docente de los centros educativos debe supervisar y guiar las interacciones del niño/a. Su objetivo debe ser evitar que se desarrollen actitudes negativas entre sus compañeros y fomentar las positivas.

Lógicamente, los padres del menor con Trastorno del Espectro Autista tienen un papel fundamental. La comunicación entre el centro educativo y los familiares, es vital para conocer mejor al niño/a. Además, permitirá conocer su evolución y adaptar las diferentes acciones a realizar. Esta comunicación será un gran apoyo para el profesorado.

 

Implicación y colaboración para la inclusión escolar

El tema de la inclusión escolar no tiene que ver solo con el sistema educativo en sí. Necesita de la implicación y la colaboración de familias, profesores, servicios específicos y de los compañeros de clase. En definitiva, el entorno social del alumno será el responsable de que esta inclusión sea efectiva.

Cuando hablamos de inclusión, nos referimos al respeto, empatía, flexibilidad, a la información, a la diversidad o al apoyo.

Desde Neural, ponemos énfasis en una idea sencilla: ante la duda o el desconocimiento en TEA, siempre pedir ayuda e informarse, consultar con profesionales.

Trabajemos por conseguir una sociedad inclusiva y respetuosa en la que todos los chavales tengan cabida.