¿Qué hacer tras el diagnóstico?
07 febrero, 2018
Trastornos del neurodesarrollo

El nacimiento de un niño es seguramente la experiencia más transformadora que vive un ser humano a lo largo de toda su vida.

Con el recién nacido en brazos, es fácil imaginar que el mayor deseo de cualquier padre o madre es que la salud de su bebé esté intacta. A medida que el bebé crece y se desarrolla, los padres y madres agudizan sus sentidos para comprobar que el desarrollo de sus hijos esté yendo en función de lo previsto.

¿Es como los demás? ¿cuándo debería empezar a hablar? ¿está tardando? ¿qué debo hacer? Son preguntas que emergen cuando detectamos que el bebé no está desarrollándose como debería.

Ponerse en manos de profesionales y averiguar qué está sucediendo es el primer paso. Sin embargo, hallar el diagnóstico que explica un trastorno motor, o cognitivo, por ejemplo, no es suficiente.

Hace falta que padre, madre, familia y entorno cercano conozcan cómo pueden ayudar en su desarrollo.

 

Recomendaciones tras el diagnóstico

 

Información

Estar informado ayuda a actuar con confianza y a entender ciertas conductas por parte de nuestros hijos. Así, por ejemplo, sabremos que en el caso de un niño con Trastorno del Espectro Autista, será recomendable anticiparle que va a ir a un lugar nuevo ya que las sorpresas no suelen disfrutarlas.

Buscar apoyo

Compartir el diagnóstico con personas de confianza será muy útil para poder expresar con estas personas las emociones que emergen tras el diagnóstico. Los estudios de investigación ponen de relieve la prevalencia de padres y madres que ven reducidas sus relaciones sociales y con ello, el apoyo emocional.

Ponerse en primer lugar

La dedicación y tendencia a colocar las necesidades personales en segundo plano es una característica común entre los padres y madres. Sin embargo, cuando existe una enfermedad o trastorno del neurodesarrollo, esta prevalencia puede acabar provocando estrés crónico y estados de ansiedad y depresión. Que los padres y madres cuiden su salud y aprendan a valorar la importancia de este hecho ayudará positivamente a generar buen ambiente familiar y por tanto, beneficiará al desarrollo cerebral del niño/a.

Aceptar que se darán situaciones inevitables

La tendencia a evitar el dolor nos animará a querer controlar situaciones donde nuestro hijo se sienta vulnerable. Un cumpleaños, compartir juegos en el parque, invitar a un amigo a casa o dejar que nuestro hijo vaya a la casa de un amigo pueden ser situaciones amenazantes. Para ello, la mejor solución es anticipar e intentar reducir el riesgo de que la experiencia resulte desagradable. Por ejemplo, las primeras veces en el parque pueden ser con primos o compañeros de clase con los que se lleve bien o reconozca en vez de ir a un lugar desconocido con niños y niñas desconocidos.

Por último, recuerda que…

La crianza es una etapa exigente, aún cuando el desarrollo de nuestro hijo está dentro de valores normales para su edad. Tratar de llevar la «carga» de la situación sin compartirlo con seres queridos y/o profesionales aumenta la probabilidad de sufrir trastornos de estrés crónico, ansiedad y depresión.

Recuerda que tú salud es importante para poder cuidarle.