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Disgrafía qué es y cómo podemos tratarla

La disgrafía es un trastorno del aprendizaje que implica dificultades significativas en el proceso de escritura. Afecta la capacidad de una persona para expresarse de manera efectiva a través de la escritura, lo que puede influir en su desempeño académico y en la vida cotidiana. Esta condición puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo dificultades con la ortografía, una calidad de escritura subdesarrollada y la incapacidad para plasmar ideas de manera coherente en el papel.

La ortografía es una de las áreas más afectadas en individuos con disgrafía. Pueden tener dificultades para deletrear palabras correctamente, recordar reglas ortográficas o aplicarlas de manera consistente en su escritura. Esto puede resultar en errores frecuentes en la escritura, lo que afecta la legibilidad y la comprensión del texto.

Además, la calidad general de la escritura puede ser pobre en personas con disgrafía. Pueden presentar una caligrafía irregular, con letras mal formadas o ilegibles. La falta de coordinación motora fina puede dificultar el trazado de letras y palabras de manera uniforme y legible.

¿Qué procesos están implicados en la escritura?

La escritura es una habilidad compleja que se teje con varios procesos cognitivos y motores. Estos incluyen:

  1. Fonología: La capacidad de comprender y manipular los sonidos del lenguaje.
  2. Significado de Palabras y su Recuperación: La habilidad para entender el significado de las palabras y recordarlas cuando sea necesario.
  3. Ortografía: El conocimiento y la aplicación de las reglas ortográficas.
  4. Organización: La capacidad de estructurar y ordenar ideas de manera coherente.
  5. Funciones Ejecutivas: Un conjunto de habilidades cognitivas superiores que incluyen la memoria de trabajo, la planificación, la atención sostenida, el control inhibitorio y la secuenciación.

Estos procesos trabajan en armonía para facilitar la expresión escrita. Sin embargo, en personas con disgrafía, esta sinergia puede verse obstaculizada, lo que resulta en dificultades significativas para la producción de textos escritos claros y precisos.

¿Cuáles son los síntomas de la disgrafía?

Las personas afectadas por la disgrafía experimentan una variedad de síntomas que afectan significativamente su capacidad para escribir de manera efectiva. Estos síntomas frecuentes incluyen:

  1. Dificultades para sostener el lápiz o bolígrafo: Pueden tener problemas para mantener una sujeción adecuada del instrumento de escritura, lo que afecta la fluidez y la legibilidad de la escritura.
  2. Dificultades para conseguir una correcta posición de la muñeca, brazo, cuerpo y/o papel: La falta de coordinación motora puede dificultar la adecuada alineación del cuerpo y el papel, lo que resulta en una postura incómoda y dificultades para mantener una escritura consistente.
  3. Fatiga al escribir: Es común que las personas con disgrafía se cansen rápidamente al escribir debido al esfuerzo adicional que requiere mantener una escritura legible y coherente.
  4. Dificultades para discriminar formas y espacios entre letras: Pueden tener dificultades para distinguir entre letras similares o para entender la separación adecuada entre palabras, lo que conduce a una escritura desordenada y confusa.
  5. Mezcla de mayúsculas y minúsculas, cursivas e imprentas: La inconsistencia en el uso de diferentes formas de letras dificulta la coherencia y la uniformidad en la escritura.
  6. Borrado constante: Las personas con disgrafía tienden a borrar repetidamente lo que han escrito debido a la insatisfacción con su apariencia, lo que puede resultar en una escritura poco legible y un proceso de escritura prolongado.
  7. Falta de comprensión de su propia letra: Pueden tener dificultades para reconocer su propia escritura, lo que puede dificultar la revisión y corrección de errores.
  8. Copia lenta de textos: La disgrafía puede ralentizar significativamente el proceso de copiar información, lo que puede afectar el rendimiento académico y la productividad en general.
  9. Dificultades en el deletreo escrito: Las personas con disgrafía pueden cometer errores frecuentes al deletrear palabras, lo que afecta la precisión ortográfica y la comprensión del texto.
  10. Dificultades para entender las reglas ortográficas: Pueden tener dificultades para comprender y aplicar consistentemente las reglas ortográficas, lo que contribuye a errores ortográficos frecuentes en su escritura.
  11. Dificultades para detectar palabras mal escritas: A menudo tienen dificultades para identificar errores ortográficos en su escritura, lo que puede afectar la corrección y revisión del texto.
  12. Escritura de oraciones incompletas o confusas: Tienden a omitir palabras importantes o a expresarse de manera poco clara, lo que afecta la coherencia y la comprensión del texto.
  13. Mezcla de tiempos verbales: Pueden tener dificultades para mantener la consistencia en el uso de los tiempos verbales, lo que afecta la claridad y la cohesión del texto.
  14. Dificultades con los signos de puntuación: Pueden tener problemas para utilizar correctamente los signos de puntuación, lo que afecta la estructura y la comprensión del texto.

Estos síntomas frecuentes de disgrafía pueden tener un impacto significativo en la calidad y la eficiencia de la escritura de una persona, lo que puede afectar su desempeño académico, profesional y social. Es importante reconocer estos síntomas y buscar el apoyo adecuado para abordar las dificultades subyacentes y mejorar las habilidades de escritura.

Detección de la disgrafía en la infancia

La detección de la disgrafía requiere una comprensión detallada de sus manifestaciones clínicas a lo largo de diferentes etapas del desarrollo infantil.

Educación Infantil y Primaria

En la educación infantil y primaria, existen signos clave que pueden alertar sobre la presencia de este trastorno.Entre estos signos se encuentran el desinterés por actividades que involucran el uso del lápiz o bolígrafo, como colorear, dibujar o escribir. Además, los niños pueden presentar una escritura a mano ilegible, con letras mal formadas o desordenadas. 

Es común observar una mezcla entre la letra cursiva e imprenta, lo que sugiere dificultades en la adquisición de un estilo de escritura coherente. También pueden tener dificultad para mantener la escritura dentro de las líneas, lo que indica problemas de coordinación y control motor. En ocasiones, los niños pueden verbalizar las palabras mientras las escriben, lo que refleja dificultades para convertir los pensamientos en palabras escritas.

Educación Media y ESO

A medida que los niños avanzan hacia la educación media y la enseñanza secundaria obligatoria (ESO), los signos de disgrafía pueden volverse más pronunciados. Se observan dificultades para componer frases complejas y estructurar párrafos de manera coherente. Los escritos tienden a ser simples y carecer de organización, lo que dificulta la comprensión del contenido. Además, se hacen evidentes múltiples errores de ortografía y gramática, lo que afecta la claridad y precisión del texto. La caligrafía puede seguir siendo deficiente, con una escritura irregular y difícil de leer.

En conjunto, estas manifestaciones clínicas proporcionan pistas importantes para la detección temprana de la disgrafía. Es fundamental que los educadores y profesionales de la salud estén atentos a estos signos y brinden el apoyo necesario para ayudar a los niños a superar las dificultades de escritura y desarrollar habilidades más efectivas en este ámbito crucial del aprendizaje.

Tipos de Disgrafía

Los tipos de disgrafía se clasifican en tres categorías distintas, cada una con características y manifestaciones únicas:

  • Disgrafía motora: Esta variante se distingue por una falta de precisión en el trazo, indicativa de una alteración en las habilidades motoras finas. Las personas con este tipo de disgrafía pueden experimentar dificultades para coordinar los movimientos necesarios para escribir, lo que se traduce en una escritura irregular o ilegible.
  • Disgrafía espacial: En este tipo, las dificultades se centran en aspectos visuales y espaciales de la escritura. Los individuos con disgrafía espacial pueden tener problemas con la percepción visual, la organización del espacio y la construcción adecuada de las letras y palabras en el papel. Esto puede resultar en una escritura desordenada, con letras mal alineadas o tamaños inconsistentes.
  • Disgrafía lingüística: Esta categoría se caracteriza por dificultades en la manipulación de símbolos escritos y en la conversión adecuada de sonidos en letras (fonema-grafema). Las personas con disgrafía lingüística pueden tener dificultades para deletrear palabras correctamente, aplicar reglas gramaticales o comprender la estructura básica del lenguaje escrito. Este tipo de disgrafía está estrechamente relacionado con la dislexia, ya que ambos trastornos afectan la adquisición y el procesamiento del lenguaje escrito.

Intervención de los diferentes tipos de disgrafía

Disgrafía motora

Para abordar la disgrafía motriz, es fundamental trabajar en tres áreas específicas:

  • Corrección de aspectos posturales: Se debe prestar atención a la posición del cuerpo y las extremidades durante el proceso de escritura. Se pueden implementar ejercicios y técnicas para mejorar la postura y la alineación corporal.
  • Corrección de la presión del lápiz: Se deben enseñar técnicas para controlar la presión aplicada al lápiz o bolígrafo al escribir. Esto puede incluir el uso de herramientas especiales o ejercicios para mejorar el agarre y la presión.
  • Ejercicios de grafomotricidad: Se deben realizar actividades diseñadas para mejorar la coordinación motora fina y la precisión en el trazado de letras y palabras. Estos ejercicios pueden incluir trazos de letras, patrones de escritura y actividades de caligrafía.

Disgrafía visoespacial

Para abordar la disgrafía visoespacial, se recomienda trabajar en dos áreas principales:

  • Mejora de las características físicas del trazo de las grafías: Se deben realizar actividades dirigidas a mejorar la forma y el tamaño de las letras, así como la consistencia en el trazado. Esto puede incluir ejercicios de copia de modelos escritos y práctica de trazos específicos.
  • Trabajo en las características físicas dentro de la pauta: Se debe prestar especial atención a la organización del espacio en el papel y la alineación adecuada de las letras y palabras. Se pueden utilizar herramientas como papel cuadriculado o guías de escritura para ayudar a mejorar la organización espacial.

Disgrafía lingüística

Para abordar la disgrafía lingüística, se sugiere trabajar en varias áreas clave:

  • Desarrollo de la conciencia fonológica: Se deben realizar actividades diseñadas para mejorar la comprensión y manipulación de los sonidos del lenguaje hablado. Esto puede incluir juegos de rimas, segmentación de palabras y práctica de habilidades auditivas.
  • Mejora de la correspondencia fonema-grafema: Se deben enseñar y practicar estrategias para relacionar los sonidos del habla con las letras escritas de manera consistente. Esto puede incluir ejercicios de segmentación de palabras y práctica de ortografía fonética.
  • Enseñanza de ortografía: Se deben enseñar reglas ortográficas y estrategias para la correcta escritura de palabras. Esto puede incluir la práctica de palabras con patrones ortográficos específicos y actividades de corrección de errores.
  • Desarrollo de la representación gramatical del lenguaje: Se deben proporcionar oportunidades para practicar la escritura de oraciones y textos completos, centrándose en la estructura gramatical y la coherencia del lenguaje.

Comorbilidades más comunes

Es importante tener en cuenta que las dificultades del aprendizaje, como la disgrafía, suelen estar asociadas con otros trastornos del neurodesarrollo. Entre las comorbilidades más comunes se incluyen:

  • Dislexia o dificultades en la lectura.
  • Trastornos del desarrollo de la coordinación.
  • Problemas de conducta, como trastornos oposicionistas desafiantes o trastornos de conducta.
  • Sintomatología o trastornos depresivos o ansiosos.
  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

El reconocimiento de estas comorbilidades es crucial para un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo de los trastornos del aprendizaje. Se requiere una evaluación integral para identificar y abordar todas las necesidades individuales de cada persona afectada.

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