Estimulación Cerebral Profunda
28 noviembre, 2018
Clínicas Neural

Desde un ordenador personal a un vehículo eléctrico o a la televisión, la electricidad es esencial para nuestras vidas. Nuestro cerebro funciona igual. Las neuronas se comunican entre sí enviándose pequeñas descargas eléctricas. La Estimulación Cerebral Profunda, aprovecha esto y usa electricidad para tratar algunos trastornos cerebrales como la enfermedad de Parkinson. 

La enfermedad de Parkinson y su tratamiento

La enfermedad de Parkinson ocurre cuando las neuronas no producen suficiente cantidad de dopamina en el cerebro. Al inicio de los problemas, la medicación tiene un efecto positivo durante todo el día. A medida que la enfermedad avanza, los beneficios van siendo menores. Algunos efectos como el temblor, la lentitud o el trastorno de la marcha pueden reaparecer cuando este tratamiento ya no tiene efecto.

Cuando la enfermedad se encuentra en una fase avanzada, los médicos pueden reajustar la dosis de medicación. Algunos pacientes empezarán a alternar periodos en los que la medicación tiene efecto con otros en los que aparecen disnecias, con presencia de movimientos involuntarios o periodos llamados ON-OFF, en los que la fluctuación de la actividad motora, es una constante. En estos casos es dónde surge la posibilidad de emplear la Estimulación Cerebral Profunda.

¿Qué es la Estimulación Cerebral Profunda y cómo funciona?

La Estimulación Cerebral Profunda se emplea para tratar pacientes que no responden a este reajuste de la medicación. La ECP es un tipo de neurocirugía que consiste en colocar un electrodo en el interior del cerebro. Este electrodo se conecta a un pequeño dispositivo (similar a un marcapasos) colocado debajo de la piel, a la altura del pecho. El dispositivo enviará señales eléctricas al cerebro, concretamente al área que controla el movimiento. Estimular este área puede mejorar los periodos en los que la medicación había dejado de tener efecto.

Por este motivo, la Estimulación Cerebral Profunda se centrará en pacientes que responden de manera positiva a la medicación pero alternan periodos OFF malos o discinesias.

Es necesario realizar una completa evaluación neurológica de los pacientes para elegir a aquellos que cumplan con estos requisitos.

Aunque la ECP es un proceso seguro, es necesario conocer los posibles efectos secundarios. Algunos pueden darse durante la cirugía, como los sangrados o incluso ictus, y otros durante la propia estimulación. En general, los efectos secundarios son de carácter leve.

¿Cuáles son los beneficios de la Estimulación Cerebral Profunda?

En general, tras el tratamiento con ECP, los pacientes pueden experimentar diferentes beneficios. Entre los que pueden observarse a corto y medio plazo, destacan:

  • Reducción del tiempo de los periodos OFF
  • Discinesias menos graves y más cortas
  • Reducción de la dosis de la medicación
  • Mejoría de los síntomas no motores tales como dolor, tristeza y sueño
  • Aumento de la calidad de vida

Es necesario tener en cuenta que la Estimulación Cerebral Profunda no cura la enfermedad de Parkinson ni tampoco frena su progresión.

En definitiva, la ECP es un tratamiento que puede mejorar la calidad de vida de los pacientes. Pero no debemos olvidar que es importante mantenerse lo más activo posible e incorporar el ejercicio en la vida diaria. 

En Neural disponemos de un equipo multidisciplinar de profesionales en el tratamiento de las enfermedades neurológicas. Si tienes dudas sobre esta enfermedad, no dudes en consultarnos, queremos ayudarte.

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