El trastorno del espectro autista (TEA) es un desorden que afecta al neurodesarrollo. Las características de este desorden se evidencian a partir de los 12 meses de edad. La gravedad del trastorno se define a partir del deterior de la comunicación social. Además los patrones de comportamiento que presentan, así como las actividades y sus intereses restringidos y repetitivos, son algunas de sus características. Los factores de riesgo pueden ser tanto ambientales, como genéticos y fisiológicos.
Selectividad alimentaria en personas con TEA
Los problemas conductuales propios del TEA juegan un papel importante en sus hábitos alimentarios. Sus preferencias alimenticias pueden verse condicionadas.
Las dificultades relacionadas con la alimentación incluyen problemas de conducta como las rabietas, lanzar alimentos o levantarse de la mesa durante la comida. Sin duda, la característica más común es la selectividad alimentaria.
La selectividad alimentaria es un problema bastante común entre los niños con trastorno del espectro autista (TEA). Esto puede ser muy angustiante para madres, padres y cuidadores.
Este término se utiliza para referirse a la comida rechazada, la escasa variedad de alimentos que quieren o las ingesta restrictiva de alimentos habituales. La selección de los alimentos se basará en su composición nutricional y/o aspectos sensoriales. Las personas con TEA tienen un mayor riesgo de ingerir nutrientes de manera inadecuada.
¿Cómo debemos actuar?
Hay que tener en cuenta que estas dificultades de alimentación, pueden tener una causa puramente médica. Hay que descartar esta posibilidad antes de empezar con el programa de intervención.
La selectividad alimentaria debe ser tratada desde un punto de vista conductual.
El primer paso será realizar un historial de alimentación en el que se detallen diferentes aspectos. Su relación con la alimentación desde el principio, alimentos preferidos, conocer al detalle sus hábitos alimenticios, etc. Además es importante conocer el contexto del niño o niña, recopilar información sobre el ambiente que le rodea.
Todo esto nos servirá para conocer el origen de su comportamiento de rechazo y poder plantear un programa para paliar su selectividad alimenticia.
Algunos consejos
Es importante mantener un horario diario de comida, evitando comer entre horas.
Limitar entre las comidas el acceso de los niños a líquidos y refrigerios.
Introducir alimentos poco a poco. Generalmente es mejor empezar por alimentos que le gusten o que anteriormente hayan comido. Además, estos nuevos alimentos deben tener texturas y sabores parecidos a los que actualmente coma.
Empezar por pequeñas cantidades. Además se recomienda empezar con puré natural o alimentos suaves.
A medida que vaya asimilando estos nuevos alimentos, hay que avanzar de manera sistemática y gradual.
Encontrar aquello que motive a estas personas, será muy importante. Si se implantan sistemas de recompensa, hay que cambiarlos periódicamente para mantener su efectividad.
Además hay que ser consciente que lo que funciona en una persona, puede no funcionar en otras.
La selectividad alimentaria es un ejemplo de los problemas de alimentación que se dan en el TEA. Sin duda hay que pedir ayuda profesional para que nos puedan ayudar y asesorar. En clínicas Neural, puede solicitar una primera visita para que valoremos su caso.
Le ayudaremos y asesoraemos.