¿Cómo afecta la música triste a nuestro cerebro?

Las canciones melancólicas y tristes tienen un efecto curioso en nuestro cerebro. «Tears in Heaven» de Eric Clapton o en «Hallelujah» de Leonard Cohen son canciones que sin saber por qué, nos atraen. Las canciones tristes despiertan nuestros sentimientos más profundos. Y es así, en las listas de las canciones de éxito siempre hay alguna de tintes melancólicos.

El efecto de la música en el cerebro

Como dijo Aristóteles, la música tiene el don de “purgar”. Fue un avance de lo que hoy se conoce como “catarsis emocional”.  Este término hace referencia a un mecanismo de expresión emocional intenso, que permite liberarnos de sentimientos, sensaciones o emociones negativas que pueden oprimirnos. Así es. La música cumple con este cometido. 

Al cerebro le fascina la música. Diferentes estudios muestran que la música es tan importante para los humanos como comer o relacionarse.

¿Y por qué música triste?

Cuando escuchamos canciones que hablan de tristeza, de rupturas o desengaños, no nos impregnamos de ese dolor. Al contrario. Tras escuchar una lista de canciones tristes, sentimos bienestar, alivio o tranquilidad. En definitiva, las canciones tristes nos producen “emociones positivas”. 

Conectamos con la música o las letras, pero no las sufrimos. Y, por supuesto, no la sentimos de la misma manera cuando aquello que se narra, nos sucede a nosotros/as mismos/as.

Las canciones tristes son capaces de conectarnos con las emociones más profundas para después salir indemnes de ellas. Y además, emergemos con una agradable sensación de bienestar.

Este tipo de música es un antídoto para las dificultades que nos encontramos en nuestro día a día. Además, nos permite contactar con nuestra parte más emocional de manera segura y hermosa. Con las letras de estas canciones viajaremos a momentos de nuestro pasado, a situaciones difíciles que hayamos pasado para poder llorarlo y desahogarlo. Tras expresar todas estas emociones, volveremos al presente purificados y reconfortados, habremos sacado al exterior todo lo que perturbaba nuestro interior. 

En definitiva, la música nos ayuda a conocer y expresar lo que sentimos, dejando la represión a un lado. Puede ayudarnos a liberarnos y vivir la vida con toda su intensidad.

Por esto nos gustan las canciones tristes y melancólicas.